Los mejores Procesadores Intel 2023

Cómo elegir su Procesador Intel

La elección de un procesador Intel no es casual, sobre todo con la aparición de varios modelos con características difíciles de entender para los no iniciados. En esta sección, descifraremos para usted lo que es una CPU y le facilitaremos la decisión de comprar una.

#1 - El número de núcleos

Todo empieza aquí. Este criterio le permitirá conocer sus necesidades reales de un procesador Intel. Hay que entender que cuantos más núcleos tenga una CPU, o procesador, más costará. Y acabar con un i9 cuando lo único que quieres es hacer streaming es una pérdida de dinero y de potencial.

En un procesador, los núcleos son las hormigas trabajadoras que se encargan de las distintas tareas que el PC necesita para funcionar. Cuantos más núcleos, más rápido es el ordenador. Antes de la llegada de la 8ª generación, Coffee Lake, había 3 usos para las CPUs de PC de Intel:

• i3s: estos procesadores tenían exclusivamente dos núcleos lógicos y se llamaban Dual Core. Eran más que suficientes para el trabajo de oficina, multimedia o para navegar por la web.
• i5: Los primeros procesadores de 4 núcleos y 4 hilos, eran perfectos para los juegos y un uso más versátil.
• El i7 y el i9: el tope de gama. Tienen 4 núcleos, y más, con más hilos y un uso más que suficiente para tareas profesionales como el software 3D. Hoy en día, siguen siendo los procesadores más potentes.

Desde la aparición de la serie Coffee Lake, Intel ha cambiado su estrategia para desafiar a las CPUs Ryzen de AMD. Este último ha decidido ignorar los modelos de doble núcleo en favor de los 4 núcleos lógicos. Para una construcción, un PC actual o una actualización, sugerimos las CPU de 9ª Generación, y más, porque son más rápidas y cuestan lo mismo.

• Los i3: Estos son ahora los procesadores de 4 núcleos de nivel básico de Intel. Son potentes y suficientes para el uso en la oficina e incluso para juegos ligeros como Fortnite o Dota 2.
• i5s: Los nuevos i5s de Intel tienen ahora 6 núcleos e hilos. Son las actuales CPUs todoterreno con una excelente relación precio/rendimiento. Por unos pocos euros más, tienes procesadores que pueden hacer de todo, especialmente con la aparición de la 10ª y 11ª generación. Para los juegos, es la CPU perfecta para jugar a 1080p con 60 Fps.
• i7s: Para las pantallas 2K o 4K, es aconsejable elegir CPUs Intel i7 o i9 con 8 o más núcleos. Los núcleos adicionales no son un lujo. También es una excelente opción para el procesamiento, la edición y el vídeo o el software recientemente lanzado para el modelado 3D.

Si está pensando en actualizar su antiguo procesador, elija CPUs que se salten una generación. Por otro lado, si tienes CPUs de la 6ª generación o inferiores, será más que beneficioso actualizar a la 8ª o 9ª Gen y superiores directamente. Obviamente, esto dependerá de tu presupuesto, pero a los precios actuales es una gran inversión a largo plazo.

#2 - La velocidad

En los procesadores Intel, suele aparecer la frecuencia base y el modo boost o turbo. La frecuencia base es la velocidad que todos los núcleos, incluidos los hilos, pueden alcanzar al mismo tiempo. Mientras que el modo turbo es una función de la temperatura de cada núcleo. De esta tarea se encarga la tecnología Intel Turbo Boost que ya está instalada en su PC.

En definitiva, este programa analiza la temperatura de cada núcleo y aumenta la frecuencia de los que tienen temperaturas más bajas, aquí hablamos de la temperatura máxima permitida de la CPU o TDP, que los demás para conseguir un aumento de rendimiento.

#3 - La tarjeta gráfica

En primer lugar, la gama de procesadores Intel basados en el socket 2066 no tiene una tarjeta gráfica integrada de serie. Además, se aconseja no elegir CPUs con la designación "F", ya que esto significa que el modelo en cuestión no tiene también un chip gráfico.

Los otros modelos tienen un chip gráfico que puede reproducir vídeo de alta definición, pero con capacidades de juego muy limitadas. Las nuevas CPUs, a partir de la 9ª, tienen ahora la solución integrada Intel Graphics Iris, que es 10 veces más potente que la antigua generación. Sin embargo, si juegas a los últimos juegos o trabajas con software exigente, tendrás que comprar una tarjeta gráfica externa de Nvidia o AMD.

#4 - El zócalo

Si decide cambiar su procesador Intel, también tendrá que comprar la placa base con el zócalo correcto. Es muy raro que una nueva generación de CPU funcione en una antigua. No es ciencia de cohetes, el zócalo se define con 4 dígitos y la palabra LGA y aparece en la descripción de su producto. Por ejemplo, el Intel i5-10600K es compatible con el zócalo LGA 1200. Por lo tanto, debes comprar una placa base con el mismo socket, como la serie Z490 o H470.

En este sentido, recomendamos elegir productos de grandes marcas como Asus, Gigabyte, MSI o ASRock, por ejemplo.

#5 - El buffer

Poco conocida por el público en general, la memoria intermedia de un procesador influye en su rendimiento general. Efectivamente, es como la RAM, pero está integrada en el procesador. La CPU almacena en su buffer los datos que necesita rápidamente, lo que se traduce en una mejor capacidad de respuesta. Las generaciones más antiguas son los buffers L1, L2 y L3. Ahora Intel utiliza la caché inteligente, que es más dinámica, más rápida y reduce enormemente la latencia.

Los procesadores Intel i3 tienen un límite de 8Mb mientras que los i5 tienen unos 12Mb y los i7 están en 16Mb, de media.